retroalimentación que sin duda ninguna enriquece.
¿Cómo se expresa una audiencia?
Pues you lo anticipaba.
Si se mueve mucho o están hablando entre ellos, es que no te está interesando.
Si están con los celulares o con los móviles consultando,
es que no les interesa lo que dices.
Si están todos quietos, vibrando al unísono,
enganchados a tus palabras, es que estás conectando.
Si se ríen, es que tu golpe de humor ha sido afortunado.
Si aplauden, es que les ha gustado mucho lo que has dicho.
Si te abuchean, es que no les ha gustado nada.
Es decir, todo esto hace que el orador experimentado pueda ir
modulando su discurso y adaptándolo al mismo.
Puede parecer, a veces, muy complicado, sobre todo para las personas que empiezan
a hablar esa modulación del discurso en función de la audiencia.
No preocuparos.
Es decir, realmente lo importante en esta sesión
es que veáis a la audiencia como una parte activa, protagonista.
Si you lo tenéis en claro, you hemos dado un salto muy grande.
Estad atento.
Al principio, con los nervios del orador, vas a estar mucho más preocupado.
Por lo que tienes que decir, y decirlo bien, que por esa retroalimentación.
Pero poco a poco, y en eso la experiencia es muy importante,
vas a ser capaz de percibir esa retroalimentación.
Y eso es una herramienta poderosísima para el orador,
porque le permite ir modulando su discurso,
incidiendo en aquellos aspectos que hacen más mella y, bueno, pasando de soslayo o
no profundizando aquello que realmente no le interesa tanto a esa audiencia.
Claro, con este postulado de, para que haya un acto de comunicación,
hay dos protagonistas que tienen el mismo nivel, el orador y la audiencia,
con este postulado básico, además, que esa audiencia es parte activa,
comparte protagonismo, como decimos, está claro que el orador va a tener
una primera responsabilidad clarísima, que es conocer a su audiencia.
Antes de preparar el discurso, es saber a quién va a hablar.
Veremos en otras sesiones perfectamente cómo se conoce una audiencia y cuáles son
sus prioridades.
Pero en esta primera sesión, Acercamiento a la audiencia, me quería quedar con esta
idea del protagonismo compartido de, para que haya acto de comunicación,
tiene que existir necesariamente esa audiencia, que es una parte activa,
que el orador tiene que aprender a gestionar esa retroalimentación y que
tiene que conocerlo para presentar su intervención.
El discurso, también veremos,
tiene que adaptarse a la audiencia y la forma a la audiencia.
Por eso, como la oratoria en el fondo se trata de conseguir de terceras personas
lo que queremos para nuestros intereses, o nuestros ideales, o nuestros fines, pues
clarísimamente el protagonista principal es esa audiencia a la que nos dirijimos.
Conozco muchos oradores que dedican mucho tiempo a preparar un discurso,
una idea, y no han dedicado ni cinco minutos a analizar a quién van a hablar.
Es como si tú al dialogar con una persona, no la conoces de nada,
ni sus prioridades, y le hablas de algo que no le interesa.
Has fracasado.
Si tú le hablas a una audiencia de algo que no le interesa, vas a fracasar.
Si tú sabes lo que le interesa y sabes donde le puedes aportar valor,
tus palabras van a tener mucha incidencia.
Por eso en esta sesión quédate con esta idea, vamos a ir practicando
las prácticas, te pondremos ejercicios, pero quédate con esta idea básica,
el protagonista principal es la audiencia a la que te diriges, que debes conocerla,
pero que, además, mientras estés hablando, te va a estar indicando por
retroalimentación aquello que le gusta, aquello que no, y tú vas a poder adaptar
perfectamente tu discurso, tu charla, tu exposición, a lo que esa audiencia quiere,
desea, a su propio estado anímico y a lo que está requiriendo.
No lo olvides, el orador es una parte muy importante,
pero el protagonista final es la audiencia a la cual te debes.
[MÚSICA] [AUDIO_EN_BLANCO]