Bien, hoy vamos a continuar con nuestro curso de Solución de problemas y toma de
decisiones, con el tema de método de exploración de problema.
Que se divide en tres partes, identificación de problema,
localización de obstáculos y selección de obstáculos.
Recuerden que en el video anterior trabajamos con el tema de identificación
del problema.
Recuerdan que hicimos el ejercicio del preso, y recuerdan que no podíamos
encontrar ¿cuál era exactamente el obstáculo que nos estaba afectando?
Y tampoco cuál era nuestra meta.
No sabíamos que nuestra meta era eliminar una celda, y tratábamos de dar con la
solución antes de haber entendido y comprendido el problema.
Bueno, hoy vamos a continuar con la parte dos del método,
que es la localización de obstáculos.
Para hacerlo nos vamos a servir de dos aspectos.
Vamos a analizar un método causal para entender y comprender la
conducta humana y vamos a revisar los principios de dirección de pensamiento
que son diferentes a los principios de solución del problemas que you vimos tres
en el video anterior.
Posteriormente veremos otro sobre planteamiento.
Maier es un autor muy interesante porque todos sus principios se
basan en hechos experimentales que realizó en laboratorio.
Entonces, es muy interesante cómo llega a estos principios.
Creo que ustedes los disfrutaron en el video anterior.
La tercera parte del método está orientada a la selección de obstáculos en superables
e insuperables, tomando en cuenta algo muy importante para un ejecutivo,
que es el área de libertad para la toma de decisiones.
Creemos que somos libres para tomar cualquier decisión, no,
tenemos ciertas limitaciones que en otro video vamos a ver.
Hoy nos dedicaremos a ver el método causal para abordar la conducta,
y vamos a analizar un caso.
[SOUND] El caso que vamos a revisar es el de un tres por un ocho,
que ejemplifica muy bien lo aquí expuesto.
Resulta qué Brenda confunde continuamente un tres por un ocho a la hora de
hacer el presupuesto.
La primera vez el error fue por 5 pesos,
la segunda vez fue por 50 pesos, la tercera fue por 500 pesos,
la siguiente, por 5000 y la última por 50000.
Su jefe, Marco Antonio, al primer error le pidió que lo corrigiera.
La segunda vez le dijo que tuviera más ciudado.
La tercera le llamó la atención, la cuarta la amenazó con
despedirla y la quinta sí la hubo pero para despedirla.